¿Por qué es pecado mortal faltar voluntariamente a misa en un día de precepto?

Porque desobedecería el tercer mandamiento; «Santificarás las Fiestas», y desobedecer uno de los diez mandamientos es pecado mortal. Este tipo de pecado mortal es uno de los más frecuentes porque los católicos no son conscientes de lo grave que es y se inventan alguna excusa para faltar la misa. ¿Y de tantas misas que hayamos ido, por qué faltar una sola voluntariamente es pecado mortal?

Imaginad que os invitan a un partido de fútbol Madrid-Barça, ¿iríais encantados, verdad? O aunque no os interesa el fútbol, seguramente iríais porque lo valoraríais. Y si no asistierais, pensaréis que es un desperdicio grande porque sabéis una entrada de ese partido vale bastante.

Una entrada de fútbol puede valer bastante, pero tiene un valor limitado. Una misa tiene valor infinito porque Cristo está presente.

Cristo, nos invita cada domingo u otro día de precepto a celebrar en la Eucaristía a cambio de que no trabajemos en esos días. Pero algunos lo rechazan voluntariamente, que tiene valor infinito, por lo tanto, lógicamente, debe ser pecado mortal.

Luego, en uno de esos días, causas como si una madre que haya estado cuidando de su hijo que está enfermo y no haya podido dejarle solo o en atención de otra persona o un marinero que haya estado trabajando en alta mar no se consideraría pecado mortal, ya que habrían faltado involuntariamente. Aunque también hay causas dudosas, porque podría haber posibilidad de haber ido a misa.

Por lo tanto, si nos organizamos bien, nos da tiempo asistir a las eucaristías, que en general duran menos que la mitad de un partido de fútbol, y hacer otros asuntos; y evitemos no faltar más voluntariamente a misa, ya que de hecho, asistir a misa es una de los actos más provechosos que podemos hacer en esta vida.